La ansiedad ante la enfermedad (antes conocida como hipocondría) es una preocupación por tener o contraer un trastorno grave a pesar de no tener síntomas o tener sólo síntomas benignos.

Las personas que padecen ansiedad ante la enfermedad adoptan conductas dirigidas a reducir el miedo/ansiedad de enfermar o a obtener la certeza de que están sanas. Esta preocupación se apodera gradualmente de la vida de la persona e interfiere gravemente en su funcionamiento diario.

A veces, leer online los síntomas de una enfermedad (conocido vulgarmente como Doctor Google) es el peor de los escenarios. Como resultado, cuando experimentamos la combinación de estos síntomas, nos tememos lo peor. O escuchamos una historia sobre cómo alguien murió repentinamente tras experimentar los mismos síntomas que nosotros. Es entonces cuando aparece la ansiedad.

Ninguna tranquilización médica o resultado negativo de las pruebas alivia su ansiedad. A veces, los afectados se preocupan aún más tras ser tranquilizados por un médico, ya que contemplan la posibilidad de que éste no les tome en serio, no tenga suficientes conocimientos o confunda los resultados de las pruebas médicas.

Hay dos tipos de ansiedad ante la enfermedad: de búsqueda de atención y de evitación de atención. Las personas suelen presentar una mezcla de los dos tipos, cambiando entre la búsqueda excesiva de atención e información médicas en determinados momentos y su evitación en otros.

El miedo de una persona que padece ansiedad ante la enfermedad puede oscilar entre el miedo a contraer una enfermedad y el miedo a tener una enfermedad real.

En el caso de la ansiedad ante la enfermedad, los pensamientos intrusivos y no deseados sobre tener una enfermedad son las obsesiones, mientras que las conductas dirigidas a reducir la ansiedad son las compulsiones. Como ocurre con el TOC, cuanto más se comprueba, peor se siente la persona; cuanto más se busca tranquilidad, menos tranquila se siente.

Cómo afecta a las personas la ansiedad por la salud

El miedo a la enfermedad

El miedo a la enfermedad determina la vida de los afectados. Para protegerse de posibles enfermedades, se toman constantemente el pulso, se miden la tensión arterial y examinan el aspecto de las distintas partes del cuerpo. Se pasa de un control leve a un control obsesivo. Puede que empieces a comprar aparatos que calculan tu frecuencia cardiaca, a utilizar tiras de orina y más cosas, incluso cuando no ha habido un diagnóstico oficial de que algo vaya mal.

Hasta un ligero dolor de cabeza provoca incertidumbre, y sospechan que puede haber algo malo detrás. La investigación en Internet suele confirmar estos pensamientos negativos. Es difícil convencer de lo contrario a los afectados de ansiedad por la salud, incluso después de que un médico les diga que están físicamente bien y sanos.

Por lo tanto, si sigues pensando que tienes problemas de salud y que no gozas de la mejor salud, puedes ponerte de mal humor. Es más, es posible que siempre tengas la sensación de estar sufriendo alguna molestia importante y que no te recuperes de un problema que, en primer lugar, ni siquiera existe.

Mayor conciencia corporal

Las personas que padecen ansiedad por la salud siempre vigilan de cerca su cuerpo y notan cuando algo cambia. También perciben los acontecimientos normales y completamente naturales como anormales. Esta percepción distorsionada supone una fuerte carga psicológica.

Por lo general, estas personas prestan especial atención a una sola parte del cuerpo u órgano. La observan muy de cerca e imaginan que cambia una y otra vez. Normalmente, no suelen aceptar opiniones médicas que demuestren lo contrario.

Por ejemplo, una persona puede obsesionarse con reducir su frecuencia cardiaca mientras lleva un aparato de fitness en la muñeca. Sin embargo, si eres mujer, tu frecuencia cardiaca disminuye alrededor de la ovulación y vuelve a aumentar drásticamente en la época de la regla. Sin saber que esto ocurre todos los meses, podrías pensar que hay un problema cuando se trata de un acontecimiento cíclico regular.

Visitas frecuentes al médico

Hay afectados de ansiedad por la salud que evitan ir al médico para no contagiar a otros enfermos. Pero también hay afectados que se comportan de forma opuesta. Visitan al médico con demasiada frecuencia. No es raro que cambien continuamente de médico siempre que el diagnóstico sea que están sanos y bien. Este cambio de médico se debe a la falta de confianza en el diagnóstico del médico.

Estas personas prefieren confiar en su percepción y quieren que se la confirme un médico. Si no es así, buscan otro médico y esperan que allí se lo confirmen. Al final, te gastas tiempo e incluso dinero en pruebas médicas que demuestran sistemáticamente que no tienes ninguna enfermedad y que estás sano.

Obsesionado con las pruebas médicas y sus resultados

Los que padecen ansiedad sanitaria suelen estar obsesionados con la realización de pruebas médicas para detectar una o varias enfermedades y problemas de salud. Las personas con ansiedad por la salud quieren obtener toda la información posible de todas sus fuentes para confirmar si son exactas o no. Las personas suelen someterse a pruebas médicas, desde las más sencillas, como la tensión arterial, hasta las más complejas, como una resonancia magnética.

También es probable que las personas con ansiedad por la salud se hagan pruebas de ADN para determinar posibles enfermedades que podrían desarrollar con el tiempo, para ser proactivas respecto a su salud, aunque el potencial de la enfermedad no esté fundamentado en hechos concretos.

Estrés constante

Los que padecen ansiedad por la salud siempre muestran problemas de salud relacionados con el estrés, que suelen formar parte de su imaginación. Incluso cosas tan simples como una tos, una indigestión o un dolor de cabeza les producen un estrés extremo. Ni siquiera las garantías de los médicos y los informes médicos alivian el estrés.

Descubre las causas de tu ansiedad por la salud

Para superar tu ansiedad por la salud, primero tienes que saber cómo se produce. Muchas personas afectadas por la ansiedad sanitaria no pueden entender por sí mismas su miedo. Desde el punto de vista médico, no existe una explicación clara. Por lo tanto, debes pensar en tu pasado. En muchos casos, las causas tienen sus raíces allí. Si tuviste experiencias de enfermedad y muerte traumática en tu infancia, eres más propenso a la ansiedad por la salud que otras personas. Si te resulta difícil investigar la causa por ti mismo, puedes pedir consejo a un médico o terapeuta.

Busca consejo profesional

Pide cita con un terapeuta. En una conversación personal, informarás de tus síntomas y recibirás asesoramiento profesional. Seguro que un terapeuta te ofrecerá algunas opciones terapéuticas que te ayudarán a aprender a superar tus miedos sanitarios. Tu médico también te dará un asesoramiento completo sobre todos los síntomas y consejos para mejorar tu salud y bienestar.

Terapia para la ansiedad sanitaria

Un psicoterapeuta te ayudará a superar tu miedo. Se ocupa de ti de forma individual y atiende tus necesidades personales. En el caso de la ansiedad por la salud, se recomienda la terapia conductual, que se centra en tratar el comportamiento estresante. Junto con el terapeuta, acabarás con los hábitos perjudiciales. También aprenderás a manejar las expectativas y a rebajar las exigencias sobre ti mismo.

La terapia de exposición es otra forma de superar tu ansiedad y tus miedos sanitarios. Lo mejor es pedir consejo a un psicoterapeuta. En esta forma de terapia, te enfrentas a tus miedos y tomas conciencia de los desencadenantes de la salud. Ten confianza y asegúrate de que puedes superar tus miedos. Al principio no es tan fácil, porque enfrentarte a ello te asustará. Por lo tanto, es importante que sepas exactamente cuál es la mejor forma de actuar.

En la terapia de exposición, aprendes a hacerte consciente de que la situación es inofensiva en sí misma y de que el peligro es tu imaginación y tus pensamientos. Respira profundamente, inspirando y espirando, hasta que te hayas calmado. No resuelvas la situación antes, o tu miedo empeorará y tendrás otra experiencia traumática. El asesoramiento profesional es crucial.

Conclusión

Todo en exceso no es bueno, aunque la intención sea buena, a saber, mantener una buena salud. La hipocondría puede reducir la calidad de vida de una persona, sobre todo cuando la gravedad es elevada y la deja incapaz de pensar en otra cosa que no sea la enfermedad que cree que padece. La ansiedad por la salud da miedo.

Si sientes que tu mente está ensombrecida por una enfermedad grave que te asusta, esto podría ser un síntoma temprano de hipocondría o ansiedad por la salud. Cuando estos sentimientos interfieran en tu vida o en tu trabajo, no dudes en acudir a un psicoterapeuta para que te hagan pruebas y te traten con seguridad.