Muchas personas han podido experimentar los síntomas de la ansiedad en ingentes oportunidades. Conocemos que la ansiedad es una emoción que en principio no es mala o patológica, como el resto de emociones cumple o tiene su función, pero cuando esta emoción adquiere grandes dimensiones e intensidad, deja de ser funcional y adaptativa. Adicional a este punto, debemos conocer que muchas veces la etiología o inicio de una depresión viene dada por la ansiedad, convirtiéndose en dos caras de una misma moneda. Tanto la ansiedad como la depresión son dos emociones que nos permiten responder ante situaciones internas y externas, por ejemplo, cuando atendemos ante una situación o fenómeno que entendemos como amenazante, se va a activar nuestro sistema de alerta (ansiedad), pero si entendemos que lo que ha sucedido corresponde a una pérdida o fallo por nuestra parte, se activará el sistema de conservación de energía (depresión).

En un 70% de casos en los que las personas muestran o sufren depresión, refieren ansiedad en diversos grados y tipos. Estas no siempre se presentan de forma clara o simplemente ambos trastornos se presentan unidos. Incluso podemos padecer de un síndrome ansioso depresivo, que es un trastorno que se caracteriza porque los síntomas de ansiedad y depresión aparecen prácticamente a partes iguales. Ninguno predominando, no justificándose un diagnóstico por separado ni para la depresión ni para la ansiedad.

Coincidencias entre la Ansiedad y la Depresión

1. DOLOR EMOCIONAL, en ambos trastornos están presentes la irritabilidad, el bajo estado de ánimo, la sensación de culpabilidad, malestar emocional.

2. BAJA AUTOESTIMA, tanto en ansiedad como en depresión se ve trastocada la autoestima del sujeto, esto genera un estado de malestar e indefensión al no verse capaz de enfrentarse a la vida y sus dificultades.

Diferencias entre la Ansiedad y la Depresión

1. LA ANHEDONIA, que se conoce como ese fuerte sentimiento de desgano, en el que la persona no puede disfrutar o se siente incapacitada para sentir placer, incluso por aquello que en el pasado le resultaba placentero. Esta es más propia o se encuentra presente en la depresión y no aparece en personas con ansiedad pura.

2. LA HIPERACTIVACIÓN, es más propia de la ansiedad, esto ocurre dado que las personas que padecen ansiedad suelen hacer anticipaciones o tener pensamientos anticipatorios, en cambio en la depresión las personas suelen tener un nivel bajo de energía no estando presente la hiperactivación.

Síntomas del Trastorno Ansioso Depresivo

Síntomas generales:

Estado de ánimo bajo.

Pérdida de interés o capacidad de disfrutar.

Ansiedad o preocupaciones predominantes.

Síntomas asociados:

Trastornos del sueño.

Temblores.

Astenia y pérdida de energía.

Palpitaciones.

Falta de concentración.

Mareos.

Trastornos del apetito.

Sequedad de boca.

Ideas o actos suicidas.

Tensión e intranquilidad.

Pérdida de la libido.

Cómo se trata el Trastorno Ansioso Depresivo

El tratamiento del síndrome ansioso depresivo es complejo porque deben aplicarse estrategias propias de cada uno de los trastornos. pero como el resto de problemáticas existen técnicas específicas que solas o combinadas nos ayudan a superar el malestar hasta su remisión total.

Destacaremos algunas de las principales formas de tratar el Trastorno Ansioso Depresivo:

  • La terapia cognitivo conductual combinada con fármacos da buenos resultados. En concreto, la administración de ISRS (inhibidores de la recaptación de serotonina) ha demostrado ser útil para controlar los síntomas tanto depresivos como ansiosos.
  • La psicoeducación es muy importante, tanto en este trastorno como en otros mentales. Explicar a los pacientes qué les ocurre ayuda a comprender la enfermedad, lo que influye de forma positiva en su recuperación. Entender lo que nos pasa reduce significativamente el malestar y se hace indispensable en las primeras etapas del tratamiento, incluso en etapas avanzadas se hace necesario o relevante hacer repaso de las técnicas aprendidas y de la propia patología.
  • Las técnicas de relajación o los entrenamientos de la respiración ayudan a controlar la sintomatología.
  • La reestructuración cognitiva para cambiar esos patrones de pensamiento que te abocan a la ansiedad o a la depresión también resultan muy útiles. Entrenarnos en esta estrategia es indispensable e incluso útil para cualquier situación de nuestra vida.

En Mejor sin Ansiedad somos especialistas en Ansiedad y toda problemática derivada o que curse al mismo tiempo, como es el caso de la depresión, tal como hemos explicado en este artículo. Te animamos para que juntos diseñemos tu plan de tratamiento a medida.