El aburrimiento, la tristeza e incluso el sentimiento de vacío no es depresión, es importante establecer esta diferencia, principalmente porque la persona que puede estar experimentando otros síntomas o sensaciones de índole no placenteras puede entrar en conclusión errada y agravar un estado subjetivo, cronificando el mismo y no sabiendo poner punto y final a la situación, ¨enredando¨ y complejizando el malestar emocional. Depresión y aburrimiento pueden estar claramente confundidos porque en ambos se manifiestan la melancolía, tristeza, apatía, desazón, estrés y niveles de estrés patológicos.

El aburrimiento al igual que cualquier estado emocional puede ser fluctuante, variar según las situaciones y ocasiones. En algunas oportunidades o casos esta puede tornarse crónica, llevándonos hasta el punto de no saber salir de ella y además trastocar nuestro autoconcepto, hasta el punto de entendernos y etiquetarnos erróneamente como personas ¨aburridas¨, carentes de interés por nada e incapaces de disfrutar de la vida, este estilo cognitivo erróneo paradójicamente sí nos podría inducir a estados depresivos.

Ahora bien, pasemos a describir y reconocer los síntomas o características de un estado crónico de aburrimiento.

Síntomas del Aburrimiento Crónico

Los síntomas más comunes son:

  • Dificultades para concentrarse en muchas de las actividades cotidianas, desde leer hasta ver la televisión, independientemente de la importancia o profundidad que tenga la tarea. Es probable que descubras que tienes la mente en otra parte mientras trabajas, estudias o conversas con alguien, en una especie de ¨fuga mental constante¨, en busca de estimulación apropiada que atraiga tu atención.
  • Sensación subjetiva de que el tiempo pasa con extrema lentitud.
  • Crees que el entorno carece de estímulos interesantes, tienes la sensación de que las experiencias gratificantes de la vida se han puesto en pausa.
  • Falta de interés por la mayoría de las actividades, incluso por aquellas que antes te reportaban una gran satisfacción, esta característica puede confundirse con la anhedonia de la depresión (incapacidad para sentir placer).
  • Te resulta difícil encontrar la motivación para emprender nuevos proyectos o actividades, a menudo te parece que se trata de una tarea muy cuesta arriba o una misión imposible.
  • Consideras que todas las cosas que haces son monótonas o carentes de sentido, cuando antes tenían un significado importante para ti.
  • Tienes la sensación de estar atrapado en una vida sin sentido, donde la emoción que prevalece es el hastío. · Sensación de vacío interior, unida a una gran insatisfacción con tu existencia.

Se hace sumamente relevante pedir ayuda ante este tipo de problemáticas, a fin de salir del estado insatisfactorio y poder vivir plenamente.

Entendamos cuáles pueden ser las ganancias o beneficios de exponernos a tratamiento psicológico ante un estado de ánimo crónicamente aburrido:

¿Qué lograrás con la intervención o terapia psicológica para el aburrimiento?

  • Reencontrar la pasión y la motivación para emprender nuevos proyectos o volver a disfrutar de las actividades que antes te satisfacían. Ante estados mentales enrevesados se hace muy complicado encontrar nuevas ideas, pensar positivo o contemplar nuevas alternativas, pensar de forma objetiva y no arremeter hacia uno mismo.
  • Mejorar tu autoconocimiento, de manera que puedas descubrir qué te motiva realmente. Tu terapeuta te puede ayudar a conectar con antiguas motivaciones, gustos y preferencias.
  • Mejorar tu capacidad de autogestión emocional, de forma que puedas identificar mejor tus sentimientos y regularlos.
  • Activar tus recursos internos, de manera que seas tú mismo/a quien cree el entorno estimulante. Te ayudará a confiar en ti mismo y en tus elecciones.

¿Qué debemos hacer en tu intervención?

1. Hacer una evaluación y diagnóstico diferencial, a fin de identificar concretamente a qué se está debiendo este estado emocional, si por un casual existe o está presente un TDAH (trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, un síndrome de ¨estar quemado¨ (burnout) u otro que pueda estar describiendo mejor la etiología del problema.

2. Establecer un plan de tratamiento pormenorizado, ajustado a tus verdaderas necesidades, personalidad y estilo.

3. Dotarte de técnicas que te permitan tener una vida más satisfactoria y regulada, centrada en el presente (como las que ofrecen el Mindfulness), la restructuración cognitiva que permite que tus pensamientos sean más ajustados y adaptativos. Todas las mencionadas y las que puedes descubrir en tu terapia personalizada, te ayudaran no sólo a salir del aburrimiento sino también a interpretar la realidad y vida de una mejor forma.

4. Un psicólogo también se puede convertir en un excelente coaching para que recuperes tu motivación y sentido en la vida.

La terapia en sí es una actividad que puedes incluir en tu horario realista, no sólo como una actividad más dentro de tu estado de aburrimiento, sino como el sentido mismo para salir del mismo, encontrar la llave que abre la puerta a la liberación del incómodo y disfuncional aburrimiento.