¿Para qué sirve la Ansiedad?

¿Para qué sirve la Ansiedad?

Recordemos un poco algunas situaciones por las que hemos pasado a lo largo de nuestra vida. ¿Te has examinado del carné de conducir?, ¿recuerdas cómo te sentías antes del examen?: eso era Ansiedad. Quizá en alguna ocasión hayas iniciado un nuevo trabajo; ¿recuerdas cómo te sentías el primer día?: eso era Ansiedad.

Por tanto, la Ansiedad

  1. Es una sensación que todos podemos experimentar
  2. Es algo normal en la vida de las personas
  3. Es una reacción o respuesta a acontecimientos de la vida
  4. Nos prepara para la acción o la huída
  5. Puede ser más o menos intensa
  6. Afectará más a unas personas que a otras dependiendo de su carácter
  7. Puede ser necesaria y buena para adaptarse a los problemas de la vida y superarlos 
  8. Puede ser todo lo contrario: perjudicial e inadaptada

¿Qué ocurre cuando tenemos Ansiedad?

La ansiedad tiene su origen en la necesidad de escapar de los peligros. Es decir, los humanos somos animales, que al igual que otras especies debían escapar de los depredadores.

Si nos fijamos, lo que nuestro cuerpo hace cuando se pone nervioso es prepararse para una rápida huída:

  1. Los músculos se ponen tensos para correr más rápido.
  2. La sangre se centra en el sistema motor (músculos y articulaciones) y abandona el sistema cognitivo “pensamos menos” ¿Para qué vamos a pensar?, lo importante es escapar del león, lo más rápido posible.
  3. El corazón bombea más deprisa para oxigenar a los músculos.
  4. Respiramos más rápido para facilitar esta oxigenación.
  5. Se producen cortes de digestión (en casos extremos) ahora no necesitamos comer, lo que necesitamos es escapar.
  6. El intestino y la vejiga se vacían. Cuanto menos peso, mejor, más ligeros y más velocidad.

¿Hasta qué punto es normal la Ansiedad, y cuándo deja de serlo para convertirse en anormal?

Es evidente que cuando la ansiedad es una respuesta a algo que nos sucede, el hecho de sentirla supone que nos interesamos por el problema, tratamos de resolverlo, nos preparamos para ello, etc. En este sentido, la ansiedad es NORMAL. Cuando la ansiedad dificulta el rendimiento, entonces empieza a ser perjudicial, pues provoca sufrimiento y no sirve para resolver las causas que lo motivan.

Es importante distinguir entre:

1. ANSIEDAD NORMAL: adaptativa y útil para resolver problemas de la vida, controlable y lógica, y aunque puede ser incómoda, NO implica un sufrimiento grave.
2. ANSIEDAD PERJUDICIAL: inútil, excesiva, inapropiada; no sirve para adaptarse y por el contrario dificulta el rendimiento y la adaptación.

La ANSIEDAD PERJUDICIAL depende de: Una situación estresante (alarmante), las posibilidades de adaptación del sujeto, tanto genéticas como aprendidas (experiencias tempranas y desarrollo de la personalidad posterior). Por tanto, este tipo de ansiedad desadaptativa aparecerá si: La presión estresante es exagerada en intensidad o persistencia y agota las posibilidades de adaptación, o la reacción del sujeto es exagerada en intensidad, duración o en calidad (de tipo inadecuado), también si el sujeto no tiene las habilidades adecuadas para enfrentarse a situaciones que implican una demanda o un esfuerzo significativo.

Cuando una persona sufre ansiedad (nerviosismo), la propia percepción de este estado supone un factor de mantenimiento muy importante e igualmente generador de ansiedad (vergüenza, sentimiento de inseguridad o invalidez), ya que la autoimagen se deteriora al sentirse incapacitada, al mostrarse ante los demás como un individuo “nervioso”. Es decir, en la respuesta de ansiedad influyen factores cognitivos personales (autopercepción) y otros de interacción social (relación).

Conclusión

La ansiedad es una emoción normal que en principio tiene una función adaptativa para los seres humanos, pero cuando esta emoción se presenta o la experimentamos de forma exagerada o desproporcionada y afecta, interfiere en nuestras vidas, generando un alto malestar físico y psicológico, entonces será el momento para ponernos en tratamiento psicológico. En Mejor Sin Ansiedad, somos especialistas en este trastorno y te proporcionaremos el tratamiento utilizando la modalidad ONLINE, para facilitarte las cosas, no dejándote vencer por las excusas, combatiendo todas las dificultades que te impiden acudir a terapia sin perder efectividad en tu tratamiento.


¿Cuál es la mejor Terapia Para la Ansiedad?

¿Cuál es la mejor Terapia Para la Ansiedad?

La ansiedad es una emoción que está vinculada con cualquier situación vital. Cuando esta misma se desborda y llega a ser desproporcionada no sólo se manifiesta de forma física en nuestro organismo sino también a nivel emocional, provocando grandes desequilibrios. Es aquí cuando esta emoción que en principio no es mala sino displacentera deja de ser funcional para convertirse en un problema e incluso en patología cuando adquiere la dimensión de trastorno.

Pedimos ayuda para la ansiedad

Cuando padecemos de ansiedad, llegamos a vernos desesperados y acudimos bien a servicios de la sanidad pública o privadas como: médicos, psiquiatras. Entonces llegamos a sorprendernos como pacientes cuando estos facultativos nos derivan a psicología. 

En principio no lo entendemos dado que las manifestaciones o malestares detectados como pacientes son de índole físico (dolores en el pecho, dificultad para respirar, entumecimiento de manos, pies o cuerpo en general, etc), no llegando a comprender ni mucho menos saber que la ansiedad tiene un estrecho vínculo con nuestros pensamientos y la interpretación que hagamos de los fenómenos, estímulos y situaciones vitales a las que nos enfrentamos. 

En principio deseamos ponerle fin a la problemática/malestar de forma inmediata por medio de la farmacología. Si bien es cierto que esta medida de afrontamiento o búsqueda de solución ante el problema lo aplaca, pero sólo de forma momentánea, comportándose como un ¨parche¨. 

Imaginemos por un momento la siguiente analogía: si tenemos un tumor en el cerebro es probable que nos produzcan (entre otros síntomas) dolores de cabeza y que intentemos eliminarlos por medio de analgésicos, disminuyendo o desapareciendo de forma temporal la sintomatología física, pero nunca el tumor.

Es importante que sepamos y tengamos en cuenta que la ansiedad nunca es una causa sino una consecuencia, por tanto debemos entender y atender todo aquello que la produce.

El papel de la terapia para la ansiedad

Llegados a este punto y cuando nos vemos en la imperante necesidad de buscar ayuda para resolver este frecuente problema, lo primero que nos preguntamos es: ¿cuál es la mejor forma de resolverlo? 

La respuesta es: mediante terapia psicológica. Aunque es importante decir que según los casos, será conveniente compaginar farmacología con terapia psicológica, debemos tener presente que algunos fármacos producen o pueden producir efectos secundarios y dependencia en el paciente.

Terapia Cognitivo Conductual para la Ansiedad

Por otra parte, considerando la evidencia empírica de los últimos años, la terapia psicológica y concretamente la Terapia Cognitivo Conductual ha demostrado ser la alternativa más eficaz y económica para el tratamiento de la ansiedad. 

Cómo funciona la Terapia Cognitivo Conductual

La Terapia Cognitivo Conductual se basa en el concepto de que tus pensamientos, sentimientos, sensaciones físicas y acciones están interconectados, y que los pensamientos y sentimientos negativos pueden atraparte en un círculo vicioso.

La Terapia Cognitivo Conductual pretende ayudarte a afrontar los problemas abrumadores de una forma más positiva, descomponiéndose en partes más pequeñas.

Se te muestra cómo cambiar estos patrones negativos para mejorar tu forma de sentir.

A diferencia de otros tratamientos hablados, la Terapia Cognitivo Conductual se ocupa de tus problemas actuales, en lugar de centrarse en los problemas del pasado.

Busca formas prácticas de mejorar tu estado de ánimo a diario.

Además de reducir los síntomas de ansiedad y mantener estos cambios terapéuticos a largo plazo, el tratamiento psicológico proporciona otros beneficios en comparación con el tratamiento farmacológico, tales como:

  • una mayor adherencia al tratamiento
  • una disminución significativa del riesgo de recaídas
  • una elevada tasa de recuperación (es decir, a diferencia de los fármacos, no deja ninguna “patología residual”)
  • evitando la cronificación del trastorno
  • disminuyendo, consiguientemente, el número de visitas al médico y los días de hospitalización. 

De hecho, las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica, tanto internacionales como nacionales (como la del National Institute for Health and Clinical Excellence –NICE-), recomiendan la terapia cognitivo conductual como el tratamiento de primera elección para 

  • el trastorno depresivo leve y moderado
  • el trastorno de angustia
  • el trastorno obsesivo-compulsivo
  • el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias específicas.

Qué ocurre durante las sesiones de Terapia Cognitivo Conductual

Si se recomienda terapia cognitiva, normalmente tendrás una sesión con un terapeuta una vez a la semana o una vez cada dos semanas.  El tratamiento suele durar entre 5 y 20 sesiones, con una duración de 60 minutos cada una. Durante las sesiones, trabajarás con tu terapeuta para desglosar tus problemas en sus distintas partes, como tus pensamientos, sentimientos físicos y acciones.

Tú y tu terapeuta analizaréis estas áreas para averiguar si son poco realistas o inútiles, y para determinar el efecto que tienen en cada una de ellas y en ti. Tu terapeuta podrá entonces ayudarte a determinar cómo cambiar los pensamientos y comportamientos inútiles.

Después de averiguar lo que puedes cambiar, tu terapeuta te pedirá que practiques esos cambios en tu vida diaria y hablaréis de cómo te ha ido en la siguiente sesión.

El objetivo final de la terapia es enseñarte a aplicar en tu vida diaria las habilidades que has aprendido durante el tratamiento. Esto debería ayudarte a controlar tus problemas y a evitar que tengan un impacto negativo en tu vida, incluso después de que termine el tratamiento.

La Terapia Cognitivo Conductual en MEJOR SIN ANSIEDAD

Por esta razón en ¨Mejor sin Ansiedad¨ atendemos esta y otras problemáticas haciendo uso de esta corriente psicológica, todo ello sin olvidar la comprensión del problema desde una perspectiva individual, haciendo un buen análisis funcional del caso, estableciendo unos objetivos individuales por parte del paciente y otros consensuados y propuestos por parte del terapeuta. 

Lo importante en cualquier caso no sólo es reducir el malestar sino comprender todo lo que supone la etiología del problema, conocer los detonantes y mantenedores del mismo.


¿Por qué las personas sufren de ansiedad?

¿Por qué las personas sufren de ansiedad?

La ansiedad es una sensación de malestar, como la preocupación o el miedo, que puede ser leve o grave.

Todo el mundo tiene sentimientos de ansiedad en algún momento de su vida. Por ejemplo, puedes sentirte preocupado y ansioso por hacer un examen, o por tener una prueba médica o una entrevista de trabajo. En momentos así, sentirse ansioso puede ser perfectamente normal.

Pero a algunas personas les resulta difícil controlar sus preocupaciones. Sus sentimientos de ansiedad son más constantes y a menudo pueden afectar a su vida cotidiana.  Afecta más a las mujeres que a los hombres y es más frecuente en personas de 35 a 55 años.

La experiencia de ansiedad de cada persona es diferente, por lo que es difícil saber exactamente qué causa los problemas de ansiedad. Probablemente hay muchos factores implicados. Algunas personas con ansiedad pueden parecer que están bien por fuera, pero siguen teniendo algunos de los síntomas mencionados anteriormente. Puede que hayas desarrollado formas de ocultar tu ansiedad para que los demás no la noten.

¿Los problemas de ansiedad pueden heredarse genéticamente?

Las investigaciones demuestran que tener un pariente cercano con problemas de ansiedad puede aumentar las posibilidades de que tú mismo tengas problemas de ansiedad. Esto se denomina a veces “sensibilidad a la ansiedad”.

Por el momento no hay suficientes pruebas para demostrar si esto se debe a que compartimos algunos genes que nos hacen más vulnerables a desarrollar ansiedad, o a que aprendemos determinadas formas de pensar y comportarnos de nuestros padres y otros familiares a medida que crecemos.

Experiencias pasadas o de la infancia

Las experiencias difíciles en la infancia, la adolescencia o la edad adulta son un desencadenante habitual de los problemas de ansiedad. Es probable que pasar por estrés y traumas cuando eres muy joven tenga un impacto especialmente grande. Las experiencias que pueden desencadenar problemas de ansiedad incluyen cosas como:

  • abuso físico o emocional
  • abandono
  • perder a uno de los padres
  • ser acosado o excluido socialmente
  • experimentar el racismo

Tener padres que no te tratan con cariño o que son sobreprotectores también puede ser un factor.

Tu situación actual de vida

Los problemas actuales de tu vida también pueden desencadenar la ansiedad. Por ejemplo:

  • agotamiento o acumulación de estrés
  • muchos cambios o incertidumbre
  • sentirse presionado en los estudios o en el trabajo
  • largas jornadas de trabajo
  • estar sin trabajo
  • problemas de dinero
  • problemas de vivienda y falta de hogar
  • preocupación por el medio ambiente o las catástrofes naturales (a veces llamada ansiedad climática o eco-ansiedad)
  • perder a alguien cercano (a veces llamado duelo)
  • sentirse solo o aislado
  • ser maltratado, intimidado o acosado, incluso sufrir racismo.

Los grandes cambios en tu vida cotidiana pueden ser un desencadenante particular de la ansiedad. Así, quizás hayas experimentado problemas de ansiedad durante la pandemia de coronavirus. 

Problemas de salud física o mental

Otros problemas de salud pueden a veces causar ansiedad, o pueden empeorarla. Por ejemplo:

  • Problemas de salud física: vivir con una enfermedad física grave, continua o que ponga en peligro la vida, a veces puede desencadenar la ansiedad.
  • Otros problemas de salud mental: también es frecuente desarrollar ansiedad mientras se vive con otros problemas de salud mental, como la depresión.

Fármacos y medicación

La ansiedad puede ser a veces un efecto secundario de la toma de:

  • algunos medicamentos psiquiátricos
  • algunos medicamentos para problemas de salud física

Otros problemas de salud mental

Mientras que algunas personas pueden experimentar una condición de ansiedad por sí misma, otras pueden experimentar múltiples condiciones de ansiedad, u otras condiciones de salud mental. La depresión y la ansiedad suelen ir juntas. Es importante comprobar y obtener ayuda para todos estos trastornos al mismo tiempo.

Abuso de sustancias

Algunas personas que sufren ansiedad pueden consumir alcohol u otras drogas para ayudarles a controlar su estado. En algunos casos, esto puede llevar a las personas a desarrollar un problema de consumo de sustancias junto con su estado de ansiedad. El consumo de alcohol y sustancias puede agravar los estados de ansiedad, sobre todo cuando los efectos de la sustancia desaparecen. Es importante comprobar y obtener ayuda para cualquier problema de consumo de sustancias al mismo tiempo.

Cuándo buscar ayuda para la ansiedad

Aunque los sentimientos de ansiedad en determinados momentos son completamente normales, acude a un terapeuta si la ansiedad afecta a tu vida diaria o te causa angustia.

Independientemente del tipo de trastorno de ansiedad que padezcas, la ansiedad puede encerrarte en un mundo de miedo irracional, vacío de esperanza y lleno de una sensación de fatalidad inminente. Aunque todo el mundo experimenta estrés y ansiedad en algún grado, es hora de buscar ayuda profesional cuando tu ansiedad:

  • Interfiere en las relaciones personales o profesionales
  • Crea problemas de sueño persistentes
  • Afecta a tu capacidad de concentración
  • Te impide hacer las cosas que te gustan
  • Fomenta un sentimiento de autodesprecio o de inutilidad
  • Te aísla de los demás
  • Te hace tener pensamientos suicidas

Además de estos problemas emocionales y mentales, los trastornos de ansiedad pueden causar problemas de salud física, como problemas digestivos, dolores de cabeza o dolor crónico. Si has notado que tu ansiedad causa estragos en tu salud física, es aún más importante que busques ayuda. 

La conclusión es que si te sientes atrapado por tu trastorno de ansiedad y te encuentras en un estado de miedo o preocupación excesivos la mayoría de las veces, está justificada la ayuda profesional. El terapeuta te preguntará sobre tus síntomas y tus preocupaciones, miedos y emociones para averiguar si puedes tener Ansiedad o Depresión.

También hay muchas cosas que puedes hacer tú mismo para ayudar a reducir tu ansiedad, como por ejemplo:

  • seguir un curso de autoayuda (podemos ayudarte a encontrar el curso adecuado para ti) 
  • hacer ejercicio regularmente
  • dejar de fumar / beber
  • cuidar tu salud física

Podemos ayudarte