La importancia de la comunicación en la pareja

La importancia de la comunicación en la pareja

Una buena comunicación es vital para la relación de pareja, pues asegura que la otra persona conoce nuestros deseos y necesidades, permite compartir momentos y vivencias. Es la llave para poder solucionar otros problemas.

Los principales problemas relacionados con la comunicación que presentan las parejas se centran, fundamentalmente, en el modo de realizar la comunicación y en su contenido, tanto en sus aspectos verbales (déficit en la transmisión de información, comunicación indirecta y confusa, conversaciones poco fluidas…) como en los aspectos no verbales (inadecuado contacto visual, tono incorrecto, actitud de no escuchar…). La comunicación afectiva y sexual puede incrementar su armonía si sus protagonistas se informan sobre cuáles deben ser los criterios adecuados para generar el cambio necesario que estrecharía más sus niveles de amor y de convivencia.

Saber cómo decir lo que no nos gusta del otro, saber cómo criticar el comportamiento sexual de forma que no produzca incomodidad, es el primer paso para una estable compenetración sexual y afectiva. Criticar consiste, no en gritar al otro lo que ha hecho mal, sino en dar criterios para cambiar, en informar al otro miembro de la pareja clara, precisa y simplemente de la conducta concreta que queremos que cambie.

¿Cómo mejorar la comunicación? Saber decir las cosas es una cuestión de aprendizaje

1. Recordar que nadie es perfecto. El tener esto presente ayuda a ser más tolerante con los fallos de los demás.

2. No obligar a adivinar o suponer. Algunas personas piensan, erróneamente, que el amor proporciona a sus parejas el don de la clarividencia, y que no hace falta hablar para conocer las apetencias y necesidades (“si me quiere debe conocer lo que quiero, si se lo digo yo pierde el encanto”). Esta creencia suele ser el punto de partida de un sistema de comunicación distorsionado. Además, será una fuente constante de frustración para ambos miembros. La persona que no comunica esperará acciones de su pareja que nunca ocurrirán, aun cuando exista en esta la mejor de las predisposiciones a complacerla. La otra parte realizará muchos actos que no serán efectivos para su pareja.

3. Observar las críticas como una oportunidad que hay que aprovechar para cambiar y aprender. Para dar y recibir más placer. Para descubrir más aspectos de intimidad en la pareja y no percibirlas como una ataque.

4. Elegir el sitio adecuado para llevar a cabo la comunicación. Ejemplo, no es conveniente discutir las cosas en la cama, delante de amigos o de los propios hijos.

5. Mirar atentamente a los ojos de la otra persona y dedicar toda nuestra atención a lo que estamos diciendo y a las reacciones que nuestra crítica provoca en la otra persona. No es adecuado estar haciendo a la vez otra actividad. Cuando se quiere comunicar se debe dedicar toda la atención y esfuerzo a ese objetivo.

6. No criticar aquellos aspectos que no se pueden cambiar.

7. Empezar siempre con un comentario positivo sobre el otro.

8. Decir exactamente qué es lo que no nos gusta. Esto tiene que ser algo concreto. Es ineficaz decir: “no me gusta cómo me haces el amor”, es demasiado general; lo adecuado sería decir: “no me gusta cuando me tocas los muslos de esta forma”.

9. No generalizar, no avergonzar, no culpar, no ridiculizar es fundamental para que la crítica funcione, es decir, provoque el cambio esperado.

10. No ordenar ni imponer.

11. Decir exactamente cómo nos gustaría que lo hiciese y mostrárselo con un ejemplo.

12. Ofrecer ayuda para producir el cambio que se desea. Tomar iniciativas que hagan más fácil el cambio.

13. Expresar con claridad lo que el otro hace, en las circunstancias que lo hace y los sentimientos que a usted le provoca, sin hacer juicios de valor ni
acusaciones (criticar la conducta no a la persona).

14. Asegurarse que el otro ha entendido lo que queríamos decir.

15. No saltar de un tema a otro. Siempre se tiene que intentar modificar una conducta no varias al tiempo.

16. El tono de voz debe ser positivo o, al menos, neutro.

17. Mostrar abiertamente el reconocimiento y el agradecimiento por la aceptación de la crítica.

18. Valorar clara y expresamente con cierta frecuencia las cosas placenteras que se reciben de la pareja, teniendo en cuenta los esfuerzos que el otro miembro de la pareja realiza.

Recomendación

Acudamos a terapia de pareja para mejorar el estado de nuestra relación, aprender a tener una mejor comunicación de pareja y evitar desarrollar problemas que puedan atentar contra nuestra relación.

En Mejor Sin Ansiedad podemos hacer una evaluación de vuestro estado en la relación de pareja, ayudaros a mejorar o a resolver cualquier problemática ya existente o evitar las mismas, lo importante es actuar.


¿Qué puedo hacer para mejorar mi relación de pareja?

¿Qué puedo hacer para mejorar mi relación de pareja?

Las relaciones de pareja, son algo que prácticamente a todos nos interesa, puesto que independientemente del grado de intimidad alcanzado en la relación, casi todos tenemos, hemos tenido o probablemente tendremos una relación de pareja en un futuro, bien sea hombre-mujer, hombre-hombre o mujer-mujer.

¿Qué es una relación de pareja?

Es un vínculo afectivo mediante el cual se pretende compartir una serie de cuestiones como; intereses, metas, proyectos, objetivos.
Generalmente existe el mito de que en una relación de pareja, los miembros deben de unificarse, ser uno sólo; aunque existen matices. Si bien es cierto que es muy importante
una puesta en común entre ambos y que ayuda la concordancia en aspectos como: religión, clase social, etnia, cultura, ideologías,… la autonomía personal y la propia identidad no debe perderse en una relación (como tan frecuentemente ocurre en relaciones de maltrato o dónde uno de los miembros es muy posesivo/a). Para ser 2, es preciso primero ser 1 + 1, si una relación sentimental paga el precio de la pérdida de la propia identidad, está condenada a no producir goce ni felicidad a quien la ha perdido en la relación y a quien es amado por él. La pérdida de las señas de la propia identidad es una de las principales causas de las crisis de pareja y proporciona el sentimiento de la anulación de la personalidad.

Remedios para mejorar una relación de pareja

1. Borrón y cuenta nueva

Éste generalmente es el punto de partida para empezar a arreglar una situación conyugal. Especialmente cuando ésta es difícil, es necesario esforzarse por asumir y digerir el pasado.

2. Esforzarse por no sacar la lista de agravios

Es el inventario de pequeños y grandes errores, fallos, defectos y fracasos que se acumulan tras la convivencia. Éste aspecto suele dificultar en gran medida el diálogo y de lo que se trata es de que se de.

3. Respeto mutuo en 3 direcciones

De palabra, obra y por gestos.

4. Para estar con alguien primero hay que estar con uno mismo

Hace referencia a saber lo que se quiere, tener las ideas claras sobre los temas importantes de la vida –entre ellos la pareja-; ser estable, realista con las posibilidades de uno mismo, satisfecho.

5. Poner argumentos a la vida conyugal

El aburrimiento es uno de los grandes enemigos de las parejas modernas. Al decir argumental, se hace referencia, a que la vida humana tiene que tener objetivos, proyectos, motivos e ilusiones para compartir conjuntamente.

6. Vida sexual sana, positiva y centrada en la comunicación

Compartir experiencias y fantasías, siempre y cuando haya acuerdo, respeto y comunicación por ambas partes.

7. Evitar discusiones innecesarias

Generalmente poco a poco las discusiones erosionan una relación sin que nos demos cuenta. Siempre y cuando se pueda y no sea de aspectos importantes o que nos inquieten, hay que evitar discutir por cuestiones sin importancia, especialmente discusiones que no resuelven nada, sólo el desahogo emocional pasajero.

8. Hacer repetidos esfuerzos de voluntad para mejorar y pulir las dificultades de la convivencia

Se trata de llevar a cabo conductas, anticipando las consecuencias negativas posibles que pudieran darse.

9. Echarle a la vida sentido del humor

Hay parejas que se pasan el día dramatizando situaciones, haciendo de un granito una montaña, sacando cosas de contexto. El llevar las cosas con sentido del humor, el favorecer la sonrisa, o la carcajada, liberará endorfinas que nos harán sentirnos mejor y lograr un buen nivel de higiene mental.

10. Aprender a remontar momentos, días o situaciones difíciles

Es imposible pensar, que no se dan en pareja días malos o que vayan a aparecer reacciones ambiguas. Debe procurarse llevar a cabo una comunicación efectiva, en la cual
los aspectos verbales y no verbales sean congruentes. Que el mensaje emitido sea claro, sin ambigüedades.

11. Saber escuchar, aprender a dialogar y adquirir habilidades de comunicación

Deben evitarse sarcasmos, burlas, gritos, amenazas o regañinas por cualquier motivo. Una comunicación efectiva, es aquella en la cual cada comunicante es a la vez emisor y receptor de mensajes. Cuando el mensaje es claro, concreto y reconocible por un observador objetivo. Para discutir hay que partir de un principio y querer buscar una solución. Aprender a eludir áreas sensibles y dolorosas para uno de los miembros y aprender a centrarse en el tema y no irse por las ramas.

12. Hacer uno de la diplomacia o mano izquierda

Es decir, procurar ser hábil en el trato. Actuar con cortesía, tacto, saber callar a tiempo y reconocer los errores,…

13. Días rosas

Se trata de que uno de los cónyuges, por ejemplo una vez al mes o cada 2 semanas, procure hacer todo lo posible para agradar a la otra persona.

14. Saber que la vida tiene activo y pasivo

Es decir, que en toda relación habrá buenos y malos momentos; asumiendo que no todo es de color de rosa, pero que eso es algo natural, se da en las mejores familias y al igual que no dura siempre una situación de felicidad, tampoco una de malestar.

15. Frenar la tendencia a controlar, vigilar e inspeccionar al cónyuge

Es decir, que ambos miembros de la pareja se sientan libres y que confíen en ellos. Cuando un miembro se siente controlado, se mantiene en guardia, perdiendo espontaneidad y por tanto la relación puede sentirse afectada.

16. Frenar el lenguaje interior negativo del cónyuge

Es decir, evitar el hacer generalizaciones negativas continuas, centrarse en lo negativo o agrandarlo, sacar cosas de contexto, hacer uso de distorsiones cognitivas: magnificación y minimización, pensamientos dicotómicos, pensamientos negativos anticipatorios, etiquetación, etc.

Recomendación

Si vemos que se nos dificulta poner en práctica estas u otras prácticas es importante que pidamos ayuda profesional, concretamente apuntarnos a una terapia de pareja. La intervención de un especialista nos pueda ayudar a evaluar de forma pormenorizada nuestra problemática y poner remedio a la situación que nuestra pareja esté atravesando.


Cinco conductas saludables que nos indican que nuestra relación de pareja va bien

Cinco conductas saludables que nos indican que nuestra relación de pareja va bien

Una de las grandes preocupaciones del ser humano siempre ha sido los problemas de pareja. No existe una fórmula ideal para el amor. Cada relación, igual que cada individuo, es un mundo y hay numerosas maneras de ser feliz en pareja. Nadie ha de decirte cómo se ha de vivir la sexualidad o las interacciones afectivas. Lo que sí sabemos es lo que no es saludable; qué cosas no debemos permitir o cuando hemos de plantearnos si querer a nuestra pareja no es suficiente para seguir juntos.

Saber cómo diferenciar qué conductas o situaciones son peligrosas en nuestras relaciones, es algo sumamente inteligente, sin embargo, también hay que prestar atención a las cosas buenas que pueden tener estas relaciones. Nuestra pareja puede estar tomando acciones para demostrar madurez y compromiso en la relación, y estas son señales de una relación estable, segura y duradera.

Así que, a continuación, vamos a señalar cinco de las más importantes (que no las únicas):

1. La confianza el uno en el otro

Uno de los puntos de referencia en una relación sana es la profunda confianza mutua. Tu pareja es responsable en general, por ejemplo, si dice que recogerán algo, están allí y son puntuales. Tener confianza en nuestra pareja es una señal súper importante ya que la confianza es un componente integral de una relación, no solo romántica. Poder compartir no sólo nuestra información diaria sobre nosotros con ellos, sino también nuestras vulnerabilidades y deseos hace que la relación sea honesta y de cuidado mutuo.

2. El respeto por los límites y el espacio personal de cada uno

El respeto mutuo que se siente el uno por el otro, no sentir celos si nuestra pareja sale con un amigo o grupo de amigos, si no se siente amenazado cuando pides tener tu tiempo a solas. Es muy importante. Conocer, comunicar y respetar los límites es indispensable en una relación sana.

3. La comunicación es buena

Si nuestra pareja suele estar en las redes sociales mientras hablas, no muestra signos de escucha activa. Por el contrario, si hace contacto visual y te presta atención cuando le cuentas sobre tu día a día, es señal de compromiso y respeto. Además, reconocer y aceptar los sentimientos del contrario y mostrar empatía, hace que te ofrezcan una validación emocional que es importante. En una relación sana, ambas partes deben sentirse aceptadas y saber que sus pensamientos y sentimientos privados importan.

4. Disfrutáis pasando tiempo el uno con el otro

Por supuesto, no se puede decir que una relación sana sea perfecta y esté siempre en lo alto, ya que todas las relaciones tienen sus altibajos. Tener más situaciones favorables que negativas (por ejemplo, 5 o más interacciones buenas en contraposición a 1), disfrutar de la compañía que nos dan y mostrar afecto por ellos, además de la intimidad sexual presente, es indicio de una buena señal o signo saludable.

5. Tu pareja está agradecido por tenerte

Los lazos íntimos en las parejas se fortalecen si nuestra pareja nos aprecia. Es decir, si nos sentimos valorados por nuestras parejas, nos preocupamos por sus necesidades, desarrollando los sentimientos y mostrándonos de manera más leal hacia ellos en una relación a largo plazo. Además, la gratitud nos hace más felices, lo que hace que estas emociones se compartan en la relación, favoreciéndola.

¿Qué hacer si en mi pareja no están presentes estas conductas?

La etapa de enamoramiento en una pareja puede pasar e incluso suele pasar, cuando esto ocurre y no existen elementos (más allá del propio romance, enamoramiento) que sujeten o sustenten a la pareja podría llegar la relación hasta el punto (en muchos casos) de disolverse o de la separación. Al perderse la ilusión inicial y caer en una etapa de desasosiego, aislamiento y poco reforzadora, la pareja puede entrar en una etapa ¨peligrosa¨. Gracias a que la psicología ha estudiado el comportamiento humano y las formas saludables para relacionarlos con los seres humanos, y resolver las crisis de forma positiva, generar cambios e incluso salvar una relación. Sería sumamente interesante y saludable que nos pongamos en manos de profesionales cuando en nuestra pareja se presentan estos primeros signos de disfunción.


¿Qué se hace en la terapia de pareja?

¿Qué se hace en la terapia de pareja?

Todos sabemos que las relaciones románticas son un trabajo duro. Al igual que los coches, requieren un mantenimiento regular para que sigan funcionando bien. Si hay un problema, es mejor repararlo enseguida para evitar más complicaciones en el futuro.

A menudo podemos hacer nosotros mismos parte del mantenimiento y las reparaciones básicas. Otras veces, la terapia de pareja conductual y la ayuda de un profesional autorizado pueden ser lo mejor para la relación. Este tipo de asesoramiento sobre la relación se centra emocionalmente en mejorar la satisfacción de la relación y la resolución de conflictos entre la pareja.

El objetivo final de un consejero es ayudar a construir una relación sana y resolver los problemas que pueda haber.

¿Qué es la terapia de pareja?

La terapia de pareja es un tipo de psicoterapia en la que un terapeuta licenciado, con experiencia clínica en el trabajo con parejas, ayuda a las personas implicadas en una relación romántica a conocer su relación, resolver los conflictos y mejorar la satisfacción de la relación utilizando una serie de intervenciones terapéuticas. Aunque la práctica de la terapia de pareja conductual puede variar en función de la orientación teórica del terapeuta, toda la terapia de pareja suele incluir los siguientes elementos generales.

  • El enfoque en un problema específico (por ejemplo, dificultades sexuales, adicción a Internet, intimidad, celos).
  • Participación activa por parte del terapeuta en el tratamiento de la propia relación, en lugar de cada individuo por separado.
  • Intervenciones centradas en la solución y orientadas al cambio al principio del tratamiento.
  • Un establecimiento claro de los objetivos del tratamiento.

Las investigaciones muestran que más del 95% de las parejas encuestadas obtuvieron la ayuda que necesitaban de la terapia de pareja. Además, casi todas las parejas confirmaron que la terapia les proporcionó herramientas más eficaces para afrontar los conflictos.

Qué esperar de la terapia de pareja

¿No sabes qué esperar en cada sesión de terapia de pareja? Normalmente, la primera sesión de terapia de pareja comienza con algunas preguntas estándar de la entrevista sobre la historia de la relación, así como con una profundización en la familia de origen de cada miembro de la pareja, sus valores y sus antecedentes culturales. El terapeuta también puede utilizar las sesiones iniciales para intervenir en caso de crisis, si es necesario.

A continuación, el terapeuta de parejas ayudará a la pareja a identificar el problema en el que se centrará el tratamiento, a establecer los objetivos del mismo y a planificar una estructura de tratamiento para cada sesión de asesoramiento.

Durante el tratamiento, el terapeuta ayudará a la pareja a comprender la dinámica relacional que crea el problema y a guiar a ambos miembros de la pareja para que comprendan su papel en las interacciones disfuncionales. Esta mayor comprensión de los problemas de la relación y de la angustia les ayudará a cambiar la forma en que perciben la relación y al otro.

Aunque obtener una visión es importante, otro aspecto crucial de la terapia de pareja consiste en cambiar realmente los comportamientos. Los terapeutas de pareja suelen asignar a los miembros de la pareja tareas para que apliquen las habilidades que han aprendido en la terapia a sus interacciones cotidianas.

La mayoría de las parejas salen de la terapia con un mayor conocimiento de sus patrones relacionales y con las habilidades necesarias para comunicarse eficazmente y resolver problemas con sus parejas.

¿Quién debería considerar la terapia de pareja?

La terapia de pareja es beneficiosa para cualquier tipo de relación, incluyendo:

  • Relaciones heterosexuales u homosexuales
  • Relaciones de jóvenes adolescentes o universitarios
  • Relaciones con una gran diferencia de edad
  • Relaciones que se encuentran en cualquier fase, como las de noviazgo, las de compromiso o las de matrimonio

Por ejemplo, una pareja recién comprometida puede encontrar en el asesoramiento prematrimonial una oportunidad inestimable para abordar las expectativas de la relación antes de casarse. Otra pareja, que lleva 25 años juntos, podría descubrir que el asesoramiento matrimonial es una forma eficaz de recuperar la sensación de entusiasmo y romanticismo en su relación.

La terapia de pareja puede resolver un problema actual, prevenir una exacerbación de los problemas o simplemente proporcionar un “chequeo” a una pareja feliz que está pasando por un periodo de transición o de mayor estrés. 

Las áreas de preocupación más comunes que se abordan en la terapia de pareja son los problemas de dinero, la crianza de los hijos, el sexo, la infidelidad, la política familiar, los problemas de salud crónicos, la infertilidad, el juego, el consumo de sustancias, la distancia emocional y los conflictos frecuentes.

¿Debo ir a terapia o divorciarme?

Si tu relación actual se tambalea, divorciarse no es la única opción: el asesoramiento a parejas puede salvar un matrimonio en dificultades. Si tienes algún deseo de seguir casado con tu cónyuge, deberías ir a terapia de pareja. El asesoramiento de pareja, también conocido como asesoramiento matrimonial, podría ser lo que tu relación necesita para curar viejas heridas y empezar de nuevo. El asesoramiento puede ser una forma significativa de restaurar los cimientos del matrimonio y aclarar si el divorcio es la decisión adecuada.

¿En qué se diferencia la terapia de pareja online de la tradicional?

En Mejor sin Ansiedad, no solo estamos revolucionando la forma en que los terapeutas practican la terapia de pareja, sino que también pretendemos reducir el estigma de recibir asesoramiento de pareja y hacer que la terapia de pareja sea más accesible y asequible.

La terapia de pareja online tiene varias ventajas que no se dan en la terapia de pareja presencial tradicional.

Los terapeutas de pareja de Mejor sin Ansiedad han descubierto que este formato permite mantener conversaciones mucho más productivas, lo que da lugar a un progreso mucho más rápido en el tratamiento.

La terapia de pareja online también es ideal para las parejas en las que uno o ambos miembros viajan con frecuencia o tienen horarios muy diferentes y no pueden coordinar un momento para asistir juntos a las sesiones de terapia de pareja. Además, las parejas con hijos que tienen dificultades para encontrar una guardería pueden beneficiarse mucho de la accesibilidad de Mejor sin Ansiedad.

La terapia de pareja en persona tampoco suele estar cubierta por muchos planes de seguro médico, y puede resultar bastante costosa para muchas familias después de unas pocas sesiones.


¿Qué es la trampa mutua en la relación de pareja y cómo salir de ella?

¿Qué es la trampa mutua en la relación de pareja y cómo salir de ella?

Cuando se inicia lo que comúnmente conocemos como “Crisis en nuestra relación de pareja”, nos podemos encontrar ante una serie de comportamientos aversivos tanto en uno mismo como en el otro miembro, hasta el punto de consolidar lo que llamamos: la polarización en la pareja que no es más que la presencia del uso de acusaciones, reproches, desprecios y otros intercambios negativos (directos o indirectos) a veces hasta públicos que se practican a modo de estrategia, con el fin de hacer cambiar el comportamiento de nuestra pareja, en sucesivos intentos para que el otro acepte nuestra postura frente a la dificultad. Incluso por medio del comportamiento antes descrito las diferencias e incompatibilidades en la pareja se ven acrecentadas; los esfuerzos incesantes por querer cambiar la conducta del otro, son antagónicos a los esfuerzos del otro miembro por mantener los mismos patrones de conducta, llegando entonces a consolidar lo que llamamos: La trampa mutua, que no es otra cosa que el resultado de conseguir una polarización en la pareja, donde las diferencias entre ambos miembros se hacen muy notorias, hasta el punto de generar distanciamiento. Esta se percibe por ambos como un estado de estancamiento en la relación, sensación de hastío, desesperanza, que incluso impide a la misma a salir de ese círculo vicioso de interacciones negativas. Estos sentimientos muchas veces intentan ser aliviados por medio de discusiones que hacen referencia a la problemática principal a la que se está enfrentando la pareja en la actualidad, lo que a su vez refuerza el conflicto.

Terapia Conductual Integrativa de Pareja (TCIP)

Muchas veces romper con la polarización y consecuente trampa mutua en la relación de pareja no es tarea fácil, lo que nos lleva a solicitar la ayuda de un profesional que nos oriente y ayude a romper con esta espiral. El terapeuta tiene la función de ayudar a los consultantes a adquirir una visión más completa del comportamiento de su pareja, renunciando a la idea que las diferencias que existen entre ambos no son tolerables y que por consiguiente, la única solución sería el cambio. En la actualidad, contamos con la Terapia Conductual Integrativa de Pareja (TCIP), es una propuesta de intervención psicoterapéutica, la cual hace hincapié en que las personas acepten patrones de comportamiento considerados como inadmisibles en sus parejas. El componente de aceptación no implica la concepción de patrones de resignación, más bien la aceptación serviría como instrumento para convertir la problemática en medios para alcanzar la intimidad entre los miembros, además los miembros de la pareja aprendan a apreciarse entre sí gracias a sus diferencias y no sólo por sus compatibilidades.

La TCIP es una terapia de tipo contextual, que enmarca tanto en el presente e histórico de la problemática de los solicitantes, además cuenta con estrategias para hacerle frente a dicha problemática: el intercambio de conductas positivas y el entrenamiento en comunicación y solución de problemas (Barrero, 2008; Jacobson y Margolin, 1979). Con la primera estrategia lo que se busca es aumentar la cantidad de estímulos reforzantes que los haga sentir satisfechos con la otra persona y reducir las interacciones negativas; La segunda estrategia es de gran utilidad e inclusive indispensable, dado que la gran mayoría de las problemáticas presentadas dentro del contexto de pareja se desarrollan debido a la inadecuada, insuficiente comunicación o habilidades para solucionar conflictos.


Sexualidad

Sexualidad

Hoy como ayer, nuestra sociedad otorga una especial importancia a los problemas de disfunción sexual. Los drásticos cambios sociales y culturales ocurridos en los últimos años han incidido también en el campo del comportamiento sexual, de manera que la sexualidad ha pasado de ser un tema tabú, restringido a la esfera de la intimidad personal, a valorarse como un aspecto esencial de la salud y bienestar en la persona, considerándose en la actualidad como un importante objetivo vital a conseguir.

Sin embargo, no es infrecuente que las personas encuentren dificultades para conseguir lo que consideran una adecuada satisfacción en su vida sexual. En ese sentido, la escasa formación sexual y abundancia de <> poco apropiados, contribuyen a crear una importante confusión sobre la calidad d la propia sexualidad, lo que unido a la necesidad de una vida sexual optima, hace que se aumenten los problemas, bien sean reales o subjetivos y exista una mayor preocupación por esto. Cada vez es más frecuente la búsqueda de psicólogos y profesionales especializados en la búsqueda de este problema.

Qué son las Disfunciones Sexuales

Pueden definirse como un conjunto de problemas de índole diversa que impiden o dificultan a la persona disfrutar de forma satisfactoria de la sexualidad. Se considera entonces como disfunción sexual a todos aquellos problemas fisiológicos, cognitivos o motores que dificultan a la persona el participar o disfrutar satisfactoriamente de las actividades sexuales, tales como: la atracción, el cortejo, la interacción o el orgasmo.

Tipos de Disfunciones Sexuales

Pueden ser de distinto tipo y naturaleza, se han propuesto varios sistemas de clasificación, los más adecuados son los que asocian cada disfunción a la fase de la respuesta sexual en la que aparece. Entre ellas:

Trastorno del deseo sexual

  • Deseo sexual hipoactivo o poco deseo sexual
  • Trastorno por aversión al sexo

Trastorno de la excitación sexual

  • Trastorno de la excitación sexual en la mujer
  • Trastorno de erección en el varón

Trastornos osgásmicos

  • Trastorno orgásmico femenino
  • Trastorno orgásmico masculino
  • Eyaculación precoz

Trastornos sexuales por dolor

  • Dispareunia (no debida a una enfermedad médica)
  • Vaginismo (no debida a una enfermedad médica)

Factores que influyen en la aparición de las Disfunciones Sexuales

Aunque en algunos casos es fácil establecer una relación directa entre un acontecimiento específico y el desarrollo de una disfunción, esto no suele ser la norma. En la mayor parte de los casos, las disfunciones sexuales suelen ser el resultado de un conjunto variado de factores, que de forma más o menos importante, o incluso actuando conjuntamente en distintos momentos, facilitan su aparición, desarrollo y mantenimiento. Entre ellos podemos encontrar:

Factores psicológicos y sociales:

Podemos incluir en este grupo a una inadecuada educación, formación o experiencia sexual. Se distinguen tres:

Factores predisponentes

  • Mitos sexuales.
  • Educación moral y religiosa restrictiva.
  • Exposición a modelos paternos con relaciones problemáticas o deterioradas.
  • Experiencias sexuales traumáticas durante la infancia.
  • Inseguridad en el propio género o papel psicosexual.
  • Castigo o descalificación de conductas sexuales iniciales (especialmente en la adolescencia).
  • Expectativas inadecuadas respecto a la sexualidad.

Factores precipitantes

  • Inadecuadas experiencias sexuales, insatisfactorias o traumáticas, especialmente en los primeros aprendizajes sexuales.
  • Dudas sobre la orientación sexual.
  • Uso de técnicas sexuales: filias, parafilias, etc.
  • Problemas generales en la relación de pareja, tales como falta de comunicación, diferentes expectativas, infidelidades o <>.
  • Comportamientos inadecuados en la interacción sexual, como por ejemplo: la denominada <> o bien la poca o nula dedicación a la conducta de galanteo o preliminares.
  • Presencia de una disfunción sexual establecida en el otro miembro de la pareja.
  • Reacción hacia trastornos transitorios, fármacos, drogas, cansancio o fallo esporádico.
  • Condicionantes psico-biológicos de los períodos de embarazo y/o parto.
  • Falta de adaptación psicológica al cambio biológico en algunas respuestas sexuales que se producen como consecuencia de la edad.
  • Aparición de trastornos comportamentales más generales, tales como la depresión, ansiedad o el alcoholismo.
  • Situaciones adversas de índole familiar, social, laboral o económico.

Factores de mantenimiento

  • Información sexual inadecuada, tanto general como específica de la disfunción.
  • Desarrollo de respuestas de ansiedad o miedo ante la posible interacción sexual.
  • Aparición de fallos o fracasos, tanto a nivel sexual como personal.
  • Sentimientos de culpa o responsabilidad por la disfunción.
  • Problemas en la relación de pareja, especialmente de comunicación y de atracción.
  • Disconformidad con mi aspecto físico, parca autoestima.

Factores físicos:

Entre ellos se incluyen los síntomas de diversas enfermedades, las consecuencias de intervenciones quirúrgicas o efectos de determinados fármacos y drogas (Sedantes, antiandrógenos, anticolinérgicos o antiadrenérgicos y psicotrópicos). La importancia de estos factores proviene tanto de su capacidad para provocar de forma directa la disfunción, como de sus efectos indirectos, que se refieren a las reacciones de las personas o su pareja ante la presencia de la enfermedad y sus consecuencias. Así por ejemplo, la persona afectada puede reaccionar anticipando el fracaso o la aparición de dolor, con una reducción en su autoestima o con depresión; mientras que su pareja puede reaccionar con sentimientos de ansiedad, miedo a la interacción o culpabilidad.


¿Qué es La Dependencia Emocional?

¿Qué es La Dependencia Emocional?

¿Qué es La Dependencia Emocional?

Es un patrón de personalidad que se manifiesta en nuestra conducta mostrando una excesiva necesidad de que se ocupen de nosotros, ocasionando un comportamiento de sumisión y adhesión, sintiendo temores por la separación, la dependencia emocional conlleva emociones, pensamientos, motivaciones y comportamientos orientados a la búsqueda de la proximidad del otro para conseguir sentimientos de satisfacción, seguridad y reconocimiento. Asimismo, puede estar acompañada de creencias distorsionadas sobre el amor, las relaciones, la soledad, la separación y sobre uno mismo. Se asocia también a otras situaciones patológicas como consumo de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria o ser víctima de maltrato físico o psicológico.

Síntomas de La Dependencia Emocional

  1. Dejar en manos de otro la toma de decisiones
  2. Justificar los abusos físicos, sexuales o psicológicos
  3. Justificar comportamientos carentes de afecto
  4. Búsqueda constante de la aprobación sobre decisiones
  5. NO saber cómo terminar una relación conflictiva o tóxica
  6. Búsqueda de personas con una emocionalidad limitada o poco confiable
  7. Baja autoestima
  8. Inseguridad
  9. Presencia de miedos irracionales
  10. Sentimiento permanente de vacío que trata de compensarse en la relación de pareja
  11. Dificultad para abstraerse del ámbito de pareja
  12. Presencia de pensamientos obsesivos vinculados al ámbito de pareja
  13. Desconfianza
  14. Alto grado de sufrimiento
  15. Alto grado de deseabilidad social o necesidad de agradar y complacer
  16. Miedo a la soledad
  17. Renuncia a mis necesidades y extremada sumisión
  18. Conductas comprobatorias en la relación de pareja

Hay Signos y síntomas que deben ponernos en alerta como indicadores de una relación de pareja de dependencia emocional. Para evaluar la situación de una pareja, podemos fijarnos en las siguientes características:

Se antepone el bienestar de la pareja y sus deseos

La persona dependiente emocional antepondrá el placer y comodidad del otro, siendo su único placer la complacencia, es capaz de dejar de lado las obligaciones laborales o familiares con tal de complacer.

Idealización del otro

La persona dependiente sobrevalora las cualidades de la pareja y no es capaz de ver los aspectos más negativos, asumiendo que su pareja es maravillosa, perfecta y no se equivoca nunca. Por ello, puede exigir a los demás un trato privilegiado hacia su pareja.

Complacencia y evitación del conflicto

El dependiente emocional pide perdón a su pareja cuando esta se enfada aún sin ser responsable de alguna acción negativa hacia esta, realiza actividades displacenteras o inapropiadas sólo para agradar a la pareja, justifica el mal comportamiento e incluso las infidelidades.

Angustia o miedo exagerado a la separación

El dependiente emocional siente una inmensa tristeza ante la posibilidad de que se rompa la relación con su pareja, se agobia por la necesidad que tiene de estar constantemente con ella y aparece un miedo irracional al abandono en forma de sospecha permanente de que la otra persona está pensando en poner fin a la relación.

Baja autoestima

Las personas dependientes presentan una baja satisfacción con ellos mismos, se someten a una desvalorización permanente, sienten no estar a la altura de su pareja y piensan que las relaciones anteriores le resultaban más satisfactorias.

Modificaciones del comportamiento

En las personas dependientes aparecen cambios notables en la forma de ser y de actuar al estar en pareja, pueden modificar su rutina y sus gustos, y llegar a inhibir aspectos fundamentales de su personalidad, modifican su identidad, hábitos de ocio con tal de asegurarse estar y complacer al otro.

Muestras de afecto continuo

Las personas con dependencia emocional se muestran constantes en la búsqueda de indicios de cariño y necesitan comprobar permanente el buen estado de la relación de pareja, sufren angustia y ansiedad si no reciben la atención que buscan, llegando a cansar a la pareja dado que la necesidad es insaciable. Y, a pesar de los esfuerzos de la pareja por satisfacer sus demandas de atención, pueden sufrir celos exagerados de forma constante.

Sentimientos de culpa

La culpa aparecen en la persona dependiente cuando la otra parte no se siente satisfecha o contenta, no ha logrado agradar permanentemente a su pareja o después de una discusión con ella, pueden sentir culpa incluso después de haber sido maltratadas.

Control del otro

Los dependientes necesitan controlar la vida de su pareja (móvil, WhatsApp, redes sociales, etc.) para saber continuamente dónde o con quién está, pudiendo llegar a desarrollar una obsesión, para asegurarse de que no van a perder a esa persona.

Miedo a la soledad

Las personas dependientes emocionales temen fuertemente a verse solas, por ello son capaces o prefieren sufrir por una relación tóxica que atravesar una ruptura, no se imaginan su vida sin la otra persona, aparecen sentimientos de soledad y desamparo al estar sin pareja, y pueden entrar en un bucle de intentos de recuperar la relación con su ex pareja. Si el vínculo se rompe definitivamente, puede aparecer el “síndrome de abstinencia emocional”, un síndrome asociado a cuadros ansiosos y depresivos ante una ruptura sentimental.

Ruptura con amigos y familiares

El dependiente tiende al aislamiento social, reduce la frecuencia de actividades de ocio con personas allegadas, desatiende las relaciones personales y es frecuente que se produzcan enfrentamientos, ya que el entorno sí percibe el sufrimiento y el impacto psicológico que genera la relación y sus recomendaciones no son bien recibidas por la persona dependiente.

Causas de La Dependencia Emocional

Las causas más destacables del desarrollo de la dependencia emocional se resumen a continuación:

  1. Tópicos del amor romántico
  2. Sobreprotección parental
  3. Dificultades de regulación emocional
  4. Cuidados negligentes, abandono por parte de los cuidadores en la infancia
  5. Personas con abuso físico o psicológico
  6. Relaciones disfuncionales con la figuras de autoridad
  7. Personas con baja autoestima
  8. Personas que sufren chantaje emocional