Cuando se inicia lo que comúnmente conocemos como “Crisis en nuestra relación de pareja”, nos podemos encontrar ante una serie de comportamientos aversivos tanto en uno mismo como en el otro miembro, hasta el punto de consolidar lo que llamamos: la polarización en la pareja que no es más que la presencia del uso de acusaciones, reproches, desprecios y otros intercambios negativos (directos o indirectos) a veces hasta públicos que se practican a modo de estrategia, con el fin de hacer cambiar el comportamiento de nuestra pareja, en sucesivos intentos para que el otro acepte nuestra postura frente a la dificultad. Incluso por medio del comportamiento antes descrito las diferencias e incompatibilidades en la pareja se ven acrecentadas; los esfuerzos incesantes por querer cambiar la conducta del otro, son antagónicos a los esfuerzos del otro miembro por mantener los mismos patrones de conducta, llegando entonces a consolidar lo que llamamos: La trampa mutua, que no es otra cosa que el resultado de conseguir una polarización en la pareja, donde las diferencias entre ambos miembros se hacen muy notorias, hasta el punto de generar distanciamiento. Esta se percibe por ambos como un estado de estancamiento en la relación, sensación de hastío, desesperanza, que incluso impide a la misma a salir de ese círculo vicioso de interacciones negativas. Estos sentimientos muchas veces intentan ser aliviados por medio de discusiones que hacen referencia a la problemática principal a la que se está enfrentando la pareja en la actualidad, lo que a su vez refuerza el conflicto.

Terapia Conductual Integrativa de Pareja (TCIP)

Muchas veces romper con la polarización y consecuente trampa mutua en la relación de pareja no es tarea fácil, lo que nos lleva a solicitar la ayuda de un profesional que nos oriente y ayude a romper con esta espiral. El terapeuta tiene la función de ayudar a los consultantes a adquirir una visión más completa del comportamiento de su pareja, renunciando a la idea que las diferencias que existen entre ambos no son tolerables y que por consiguiente, la única solución sería el cambio. En la actualidad, contamos con la Terapia Conductual Integrativa de Pareja (TCIP), es una propuesta de intervención psicoterapéutica, la cual hace hincapié en que las personas acepten patrones de comportamiento considerados como inadmisibles en sus parejas. El componente de aceptación no implica la concepción de patrones de resignación, más bien la aceptación serviría como instrumento para convertir la problemática en medios para alcanzar la intimidad entre los miembros, además los miembros de la pareja aprendan a apreciarse entre sí gracias a sus diferencias y no sólo por sus compatibilidades.

La TCIP es una terapia de tipo contextual, que enmarca tanto en el presente e histórico de la problemática de los solicitantes, además cuenta con estrategias para hacerle frente a dicha problemática: el intercambio de conductas positivas y el entrenamiento en comunicación y solución de problemas (Barrero, 2008; Jacobson y Margolin, 1979). Con la primera estrategia lo que se busca es aumentar la cantidad de estímulos reforzantes que los haga sentir satisfechos con la otra persona y reducir las interacciones negativas; La segunda estrategia es de gran utilidad e inclusive indispensable, dado que la gran mayoría de las problemáticas presentadas dentro del contexto de pareja se desarrollan debido a la inadecuada, insuficiente comunicación o habilidades para solucionar conflictos.